El
uso compulsivo de juegos de consola, ordenador, móvil u online, ya
sean individuales o de interacción con otros usuarios jugadores,
constituye una de las adicciones tecnológicas actuales más
frecuentes. Está directamente relacionada con los jugadores
compulsivos y sus efectos son prácticamente los mismos. Los adictos
a los videojuegos se vuelven obsesivos, aislados e intolerantes.
Los jugadores se convierten en adictos cuando empiezan a sentir demasiada tensión, cuando se concentran tanto en el juego que no apartan la vista de la pantalla, y cuando pierden el interés por otras actividades (tanto de entretenimiento como laborales y sociales) y la noción del tiempo.
Los jugadores se convierten en adictos cuando empiezan a sentir demasiada tensión, cuando se concentran tanto en el juego que no apartan la vista de la pantalla, y cuando pierden el interés por otras actividades (tanto de entretenimiento como laborales y sociales) y la noción del tiempo.
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